Por lo visto, en uno de los viajes que el futuro armador realizó a Palma para ver cómo avanzaba la construcción de su barco, vio unas tablas en la popa que no le gustaron. Sin comentar nada al respecto, se fue al Club Náutico de Palma, pero cuando allí le preguntaron qué tal procedía la construcción de su barco, el hombre, visiblemente preocupado, comentó que le estaban poniendo unas maderas de mala calidad, que no se correspondían con lo que tenía contratado con Pau Ferrer. Efectivamente, las maderas en cuestión eran unas tablas en las que se podía leer Brandy Soberano… Por supuesto, aquel desafortunado comentario no tardó en llegar a oídos de Pau Ferrer, y al poco tiempo Pau Ferrer se presentó en el Club provisto de 300.000 pts. para dárselas al futuro armador diciéndole: “A Usted no le hago el barco, aquí tiene el dinero que me dio de entrada y el barco pasa a ser mío”. El armador se quedó con los planos, que eran suyos, y ahí terminaron la relación. Naturalmente, aquellas tablas de una caja de soberano hacían las veces de puntales para encolar unas piezas, aunque eso nunca lo supo D. Pedro Masó, ya que Pau Ferrer jamás se molestó en darle explicaciones, simplemente no consintió que se dudara de su honradez ni de su profesionalidad.
Los trabajos en el barco se detuvieron, hasta que otro señor se enteró de que en Palma había un barco a medio terminar y lo compró, terminándolo y botándolo en el año 1950. Al faltar los planos originales, el palo se montó algo atrasado, para seguir la moda de grandes génovas, que entonces empezaba a apuntar. Ello hizo que el Rosendo fuera muy ardiente, hasta que el actual propietario, el cuarto de la vida del Rosendo, optó por subir el estay de proa a tope de palo y montar un trinquete. De este modo quedó equilibrado y ahora es un placer navegar en el barco sin ir tirando de la caña constantemente.
Maderas utilizadas en la construcción del Rosendo:
Cuando hablamos de un barco de madera no tenemos que olvidar que este material es enormemente versátil y sus características dependen del tipo de madera al que nos refiramos. Por ese motivo se utilizan diferentes maderas según el trabajo que debe realizarse. Las que se usaron en el Rosendo fueron las siguientes.

  • Quilla: Encina, una pieza por supuesto maciza y con mucha dureza.
  • “Pelaya” (primera tabla a partir de la quilla): Oblongo, una madera africana muy dura y de vetas longitudinales, grosor 5cm.
  • Varengas: Costilla , son de acacia, curiosamente cada una es de un solo árbol para que las vetas del mismo sean longitudinales.
  • Baos (vigas superiores que cierran la cubierta, unen babor con estribor y soportan la cubierta): Fresno.
  • Cubierta: Teca de Birmania, madera que soporta muy bien los exteriores debido a sus aceites naturales que la protegen e impermeabilizan.
  • Cabina: Abebay, madera africana.
  • Mástil: Pino sueco, por supuesto hueco, para dar resistencia y flexibilidad.
  • Botavaras: Oregón, por supuesto también huecas.
  • Interiores: Limoncillo, madera de color claro para dar luminosidad interna.
  • Forro del casco: Pino norte (tablas longitudinales de proa a popa, de 4cm de grosor).
  • Crucetas: Teca de Birmania.

Las maderas se escogieron teniendo en cuenta las tensiones y resistencia necesaria para el trabajo que debían realizar.
El Rosendo ha participado en casi todas las regatas de clásicos ,obteniendo diferentes trofeos tanto por su mantenimiento como por su rendimiento deportivo, obteniendo, entre otros, el Trofeo Conde de Barcelona de barcos clásicos, en Palma.