• La ciudad se ha transformado durante unos días en un museo flotante donde 49 barcos han desplegado sus velas en un evento teñido de tradición y modernidad.
  • Moonbeam III, Avel, Yanira y Peter han sido los ganadores de la VI Edición de la Regata, que año tras año va cobrando protagonismo.
  • El Alcalde Trías destacó la trascendencia de este acontecimiento como un apoyo inestimable para la internacionalización de Barcelona.

Un año más, la regata Puig Vela Clàssica convirtió Barcelona en la capital de la vela clásica y de época del Mediterráneo. Tras cinco exitosas ediciones, la sexta regata se ha afianzado tanto a nivel nacional como internacional, acogiendo a embarcaciones de nueve países de Europa y América. Más de 700 tripulantes de 49 veleros históricos han participado en esta sexta prueba deportiva, consolidándola como una de las competiciones de referencia en el calendario de regatas de barcos clásicos y de época.

La VI Edición de la Regata Puig Vela Clàssica Barcelona se desarrolló en un ambiente inmejorable, donde regatistas de nueve nacionalidades diferentes disfrutaron tanto de las magníficas condiciones de las aguas barcelonesas, como del compañerismo y la diversión del Village del Real Club Náutico de Barcelona.

De izquierda a derecha: Jordi Puig, Vicepresidente del RCNB; Xabier Trías, Alcalde de Barcelona; Marc Puig, Presidente de Puig; y el patrón del Moonbeam IV

Además, uno de los alicientes añadidos de esta edición fue que todo aquel que estuvo en Barcelona y miró hacia el horizonte entre los días 10 y 13 de julio pudo contemplar desde la costa cómo desfilaban verdaderas leyendas del mar a menos de una milla de la ciudad, leyendas que estuvieron abandonadas y enfangadas durante décadas, “hasta que varios amantes de la náutica se decidieron recuperarlas, sobre todo en los años sesenta”, explicaba Toni Tió, colaborador de Puig, presidente del Fòrum Marítim Català, y campeón del mundo, de la Copa del Rey y de España. “Entonces los planos originales necesarios para la reconstrucción no estaban en internet. Hubo que escarbar en sótanos para recuperar estos veleros”, añadía Tió.

Marc Puig resaltó el reconocimiento de la regata para desarrollo de la ciudad: «La perfecta integración de esta regata con Barcelona por las vías del arte, de la navegación y del comercio, explican el compromiso de Puig con nuestra ciudad unido en su trayectoria empresarial a estas esencias de esta capital«.

El Alcalde de Barcelona, Xavier Trías, también destacó la trascendencia de este acontecimiento a nivel internacional: “Eventos de calidad como esta regata son una ayuda inestimable para la internacionalización de Barcelona, una ciudad de mar que se preocupa por el deporte y la vida saludable de sus ciudadanos. Así nos gusta mostrarnos al mundo y gracias a esta competición de vela clásica disponemos de un espectáculo único del que podemos y debemos presumir ante nuestras audiencias internacionales«.

Satisfacción general en la entrega de premios

Durante el acto de clausura, tanto armadores y tripulaciones como organizadores e invitados a la Regata mostraron su entusiasmo con el éxito alcanzado por la VI Puig Vela Clàssica Barcelona. Un éxito que quedo demostrado tanto por el nivel de participación –superando las ediciones anteriores- como por la decisión de acercar la regata a la costa.

Xavier Trías, Alcalde de Barcelona; Marc Puig, Presidente de Puig; Maite Fandos, Teniente de Alcalde de Calidad de Vida, Igualdad y Deportes del Ayuntamiento de Barcelona; Enrique Corominas, Presidente del RCNB; y Damián Ribas, Comodoro del RCNB, fueron los encargados de entregar los galardones a las tripulaciones ganadoras: Yanira (Clásicos), Avel (Época Cangreja), Peter (Época Marconi) y Moonbeam III (Big Boat), así como el trofeo Enrique Puig por países a España.

También asistieron en la entrega de trofeos Gerard Esteva, Presidente de la Federación Catalana de Vela; Jordi Puig, Vicepresidente del Real Club Náutico de Barcelona; y José Ángel Rodríguez, Presidente de la Real Federación Española de Vela.

Y como no podía ser de otra manera, gracias al buen ambiente que se respiró durante la regata, la VI Edición de la Puig Vela Clàssica Barcelona cerró sus puertas entre risas y compañerismo en el Village. El grupo The Tall Tutsies, caracterizado por su animado y divertido directo, repleto de performance y sorpresas, fue el encargado de amenizar la fiesta de despedida que siguió a la entrega de premios.

Las canciones de los Beatles, Creedence Clearwater Revival, Queen o Black Eyed Peas, versionadas por este grupo tan marinero, sonaron en cada rincón del Real Club Náutico de Barcelona para cerrar una regata que ha sabido ganarse un sitio privilegiado en el circuito internacional de veleros clásicos y de época.

Rotundo éxito de la sexta edición

La sexta edición de la Puig Vela Classica Barcelona contó con la participación de 44 embarcaciones, superando en dos barcos a la pasada edición. Agrupadas en las cuatro categorías, compitieron las flotas Big Boats, Clásicos, Época Cangreja y Época Marconi reconocidas por el C.I.M. (Comité Internacional de Mediterráneo), cuyas reglas regulan las regatas de vela clásica internacionales, como esta ya importante cita organizada por el Real Club Náutico de Barcelona que reunió nueve países participantes.

Un listón que no pudo superarse en esta edición fue el de las condiciones meteorológicas, que en las cinco citas previas quedó muy alto. La compleja situación térmica en altitud propiciaba tormentas en la zona interior catalana, impidiendo el natural desarrollo de la brisa térmica, que con tanto lustre decorara el campo de regatas barcelonés las temporadas anteriores. Así, Eolo sólo marcó dos dígitos con el Sur del último día, donde sus 11-12 de intensidad mejoraban los 6-7 nudos de las dos primeras jornadas. No obstante, se pudieron completar las tres pruebas previstas, y sólo bastaron un par de cortos aplazamientos para dar el tiro de salida en dos jornadas.

Los Big Boats reunían esta vez una flota de 6 participantes, entre los que destacaba por derecho propio el Moonbeam III. Vencedor de las tres ediciones anteriores, este diseño 1903 de Wiliam Fife volvía a inscribir su nombre en el palmarés de la Puig Vela Classica con letras de oro. Tras un discreto inicio el primer día, donde finaliza tercero, el día siguiente firmó un primero y se puso líder con los mismos puntos que el Mariquita, y uno menos que el Moonbeam IV. El día definitivo no falló, anotándose su segunda victoria parcial que le valía cerrar la serie con un par de puntos de margen sobre el Moonbeam IV, y tres menos que el Mariquita, quien vio en última instancia cómo le robaba la cartera y le relegaba al tercer peldaño del podio, precediendo al Mariette of 1915, al debutante en la Puig Vela Classica Coral y al Creole.

La flota de Clásicos fue, con 20 embarcaciones, la más numerosa de la prestigiosa cita organizada por el Real Club Náutico de Barcelona. La ausencia obligada a última hora del Argos (ESP), ganador en 2009 y en el podio desde entonces, quedó en parte compensada con la presencia del Yanira (ESP), ahora en manos del armador Andrés de León, quien sumaba la tercera victoria del velocísimo diseño de Bjarnee Aas. Aunque el Alba (ESP), ganador de la pasada edición, venciera la primera prueba por delante del Yanira, la tripulación armada por Andrés de León se impuso en las dos siguientes, mientras los parciales del Alba (4-2) le valían el segundo puesto final, frente a unos combativos Outlaw (GBR) y Emeraude (FRA), clasificados por este orden tras su empate a 11 puntos, aprovechando el pinchazo final del Glen Mael (FRA), que fue quinto con 13 puntos.

Los Época Marconi reunieron a 11 embarcaciones, entre los que no faltaron actores principales de anteriores ediciones citas de la Puig Vela Classica como los Manitou (FRA), Peter (ITA), Mercury (ESP) o Amorita (ITA). Desafortunadamente el Horizonte (ARG) encontró fuertes vientos de Levante en el estrecho de Gibraltar, que retrasaron su travesía desde Sudamérica y le impidieron regatear las dos primeras pruebas. Pero el tercer día se desquitó con una rotunda victoria parcial. Quien no perdió ni un instante en presentar las credenciales fue el Peter, que ganaba las dos primeras pruebas y aseguraba en la jornada final su victoria absoluta, un honor que ya lograra en 2011. En su estela luchaban el Manitou, vencedor del pasado año, y el Mercury por repartirse los siguientes escalones del podio, llegando empatados a la última prueba, donde el Mercury falló y tuvo que conformarse con el bronce.

La categoría Época Cangreja dejó este año de ser la menos numerosa, pasando de 4 a 7 barcos en la línea de salida, y ofreciendo unos duelos por las primeras posiciones muy competidos. Mientras el Marigan (ESP) y el Malabar X (ESP) llegaban ambos con dos victorias en su palmarés de la Puig Barcelona Vela Classica, el Avel (GBR) y el Marigold (GBR) lucharon por romper tan impresionante racha. Y el Avel no dio opciones al terceto de aspirantes con unos parciales (1-1-2) impecables, que no pudieron ser replicados. Parecía que el Marigan (2-2) le secundaría en el podio tras la segunda jornada, tras contener al Marigold (3-3) y al Malabar X (4-4), pero tras ser cuarto en la última regata y el Marigold ganar la prueba, éste le ganó la mano para ser segundo en la clasificación final. El Gypsy (ESP), vencedor de la primera edición, tuvo que conformarse esta vez con la quinta plaza.

Historias que llegan hasta la VI PUIG VELA CLÀSSICA

St. Christopher, un gran reto insuperable

Un yate de competición del más fino pedigrí. Originalmente comisionado bajo el nombre de Chrismur II, fue diseñado como un yate de carreras de 37’ LWL. Se utilizó para competir en algunas de las más veloces regatas y también fue utilizado como velero por su tercer propietario, quien lo renombró con el nombre de St. Christopher.

Su actual propietario, Val Martin, junto a su mujer, Daria Cabai, ambos arquitectos de barcos, querían acudir a la VI Puig Vela Clàssica Barcelona. Para ello, navegaron desde Londres a Dieppe (Normandía), con una tripulación de apenas dos personas. Tras hacer este trayecto y llegar a las costas francesas, se aventuraron hasta Barcelona con la única compañía de sus dos perros. La travesía comenzó en diciembre de 2012, en un largo recorrido invernal de más de 2.000 millas hasta A Coruña, que supuso el tramo más peligroso. El hielo en la cubierta y el fuerte oleaje fueron los retos más complicados que superó la pareja inglesa. Aunque quizás el mayor de todos surgió cuando seis días antes de la regata el piloto automático del St. Christopher se averió, un imprevisto al que hicieron frente turnándose sin tregua al timón para poder llegar a tiempo a las costas barcelonesas. Esta meritoria labor –durante la competición son necesarias cinco personas para la navegación- tuvo su recompensa: llegar a tiempo.

La vida es difícil, pero navegar los dos solos fue realmente complicado. Este viaje nos ha ayudado a conocernos mejor y, sobre todo, ha sido bueno para conocer las posibilidades de nuestro barco y cómo funciona para poder competir en la VI Puig Vela Clàssica Barcelona”, aseguró Val Martin. Después de la competición, su aventura continúa. La pareja se ha embarcado hacia Mónaco, para posteriormente poner rumbo hacia el Atlántico y Latinoamérica.

Manitou, un velero rescatado por John F. Kennedy

Corría el año 1937 cuando James R. Lowe decidía encargar al diseñador Olin Stephens un barco de crucero capaz de ganar la Chicago Mac Race. Stephens diseñó el Manitou, un cutter con eslora de 18,80m., que estaba inspirado en un diseño de los hermanos Davis de Maryland. Una vez construido fue bautizado con el nombre de Manitou y ganó multitud de carreras. Pero, después de tres exitosos años de campaña, el Sr. Lowe decidió venderlo y pasó a convertirse en un barco de entrenamiento para guardacostas.

Años más tarde, el Presidente John F. Kennedy lo rescataría de esta suerte para convertirlo en su barco presidencial, dotándolo de un completo equipamiento de radio y comunicaciones para estar localizable cuando estuviera navegando fuera del Despacho Oval. Pasó tanto tiempo en él que lo apodó la «Casa Blanca flotante”. John Kennedy lo utilizaba a menudo en Nueva Inglaterra, pero nunca compitió con él, hasta que un día durante el verano de 1962 retó a su amigo y renombrado regatista Emil Mosbacher. Durante este divertido desafío, una patrulla de seguridad del Servicio Secreto lo persiguió y constató la gran velocidad que el velero consiguió alcanzar. Este hecho fue clave para que se convirtiera más tarde en el gran defensor de la Copa América para gran disgusto del Presidente.

Clasificaciones finales (trofeos)

1. Clase Big Boat: Moonbeam III
2. Clase Clásicos: Yanira
3. Trofeo Época Marconi: Peter
4. Trofeo Época Cangreja: Avel
5. Trofeo Enrique Puig: España (Yanira y Peter)

La lista completa de clasificaciones en:

http://www.puigvelaclassica.com/es/resultados/